15 nov'13

Kaizen: la práctica japonesa que te hará subir a la excelencia.


Cuando Sakichi Toyoda, inventó la primera máquina de tejer de Japón y fundó una industria revolucionaria para fabricarla, no pensó ni por un momento que la filosofía Kaizen que aplicaba en su fábrica lo llevaría a crear otra factoría que terminaría convirtiéndose en la empresa más admirada de coches del mundo.

Toyota cimentó su avanzada eficacia productiva en mejorar cada día un poco. En esencia, ésa es la filosofía Kaizen.

Kaizen es un término que proviene del Japonés y significa ”cambio a mejor”, o ”mejora continua”. Proviene del término kai, que significa ’cambio’ o ’acción de enmendar’. Y zen, que quiere decir ’bueno’ o ’beneficioso’.

Este concepto no se aplica únicamente a la producción industrial y a las empresas, también a la sociedad y al individuo. Una buena síntesis de esta ancestral filosofía sería ”¡Hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy!”.

Son pequeños pasos, pero continuos. Esto afecta tanto al trabajo como a la vida de las personas. Ya que, en definitiva, la vida es un todo interrelacionado.

Por ese motivo, empresas como Toyota, Hitachi o Sony no sólo son un modelo de mejora continua en los estándares de calidad y productividad, también de integración social. A los europeos nos resulta normal un choque de manos y abrazos entre compañeros de un mismo equipo de fútbol al realizar una sustitución. Pero nos resulta insólito ese ritual en el cambio de turno en los puestos de trabajo. Pues en estas empresas japonesas es lo habitual, porque se sienten del mismo equipo y luchan por la ”camiseta” y se dan ánimos al realizar el relevo.

La gran mayoría de los actuales sistemas de calidad, surgen de la filosofía Kaizen. Por ejemplo, el Just in Time, Círculos de Calidad, Sistemas de Sugerencias, Control Total de Calidad, Actividades en Grupos Pequeños, y un largo etcétera.

Aplicar esta idea en la empresa lleva, indefectiblemente, a la excelencia. Si la quieres poner en práctica en tu organización y en tu propia vida, debes tener en cuenta algunos conceptos esenciales de esta filosofía que es muy simple pero muy valiosa.

Constancia. El Kaizen debe ser aplicado en forma permanente. Cada día hay que estar atento para ver qué se puede mejorar. Posiblemente no veas un gran avance en cada pequeño paso, pero si comparas el primer día, con el día 100 y el 365, y el 500… verás que los cambios han sido realmente importantes. Toyota nunca hubiera llegado a ser lo que es, si no hubiera tenido la constancia de mejorar todos y cada uno de los días.

El valor del tiempo. Todo transcurre en el tiempo, por tanto es un recurso estratégico fundamental. Todas las tareas se realizan en él. Otros recursos es posible recuperarlos, pero el tiempo no. Por eso es importante sistematizarlo, ver en qué se pierde, planificarlo para optimizarlo.

Incluye todo. La mejora constante lo abarca todo, desde las decisiones estratégicas, hasta las labores de limpieza. Absolutamente a todo se debe estar atento para encontrar la forma de mejorarlo al menos un poco más que ayer.

Observación y reflexión. Es importante realizar una labor de observación y reflexión. Se debe estar atento a cómo se hacen las cosas, dónde hay dificultades o cómo se podría mejorar en algo.

Una empresa de pintura de interiores, se encontró con el problema de que habían firmado muchos trabajos que debían cumplir en plazos determinados, pero no le daría tiempo de realizarlos, ni tenían los recursos para contratar más personal. El dueño, preocupado, observó dónde se perdía más tiempo. Descubrió que pintar los techos llevaba un porcentaje de tiempo mucho mayor debido principalmente a la altura.

Reflexionó en cómo se podía mejorar el sistema, e ideo unos zancos que incluían un soporte para el bote de pintura. De esta manera los pintores quedaban a la altura del techo y no debían subir y bajar las escaleras, reduciendo así a menos de la mitad el tiempo de ejecución. Gracias a esta mejora, surgida de la observación y la reflexión, lograron cumplir con todos los compromisos en el plazo acordado, permitiendo que, además, los empleados estuvieran contentos porque les resultaba más fácil y divertido trabajar de esta novedosa manera.

Si estás en búsqueda de la excelencia, esta filosofía tan simple pero efectiva, es la escalera que debes transitar peldaño a peldaño.

Carmen Salas
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