19 dic'14

Lifestyle Branding: 5 puntos para ser creador de tendencias

Una marca es mucho más que su denominación o la identidad gráfica que la representa visualmente, una marca también es la percepción que los clientes tienen de ella, lo que piensan de ella, lo que sienten hacia ella.

Las marcas a veces van más allá de lo imaginable, hasta el punto de ser fenómenos sociodemográficos o socioeconómicos gracias al posicionamiento que llegan a adquirir en algunos casos y a la lealtad que reciben por parte de sus consumidores.

Pero hoy en día, en un mundo global como el que nos toca vivir, es relativamente fácil fabricar productos idénticos, lo que hace que las marcas pierdan fuerza. Por eso, con el objetivo de incrementar sus ventas, las marcas tienen que buscar otros vínculos emocionales con sus clientes, ir más allá, y convertirse en algunos casos en Lifestyle Brands.

Un síntoma de ello es la deslocalización de muchas empresas, que trasladan sus centros de producción a países donde el coste de producción es menor, pero mantienen sus equipos directivos y de marketing en sus países de origen. Con el objetivo, no sólo de reducir el coste de producción, sino de que el esfuerzo por marcar tendencia y estilo de vida en sus consumidores esté por encima de las características del propio producto.

Basta con fijarnos en muchas de las marcas que consumimos de forma diaria y habitual y ver después los esfuerzos económicos que llevan a cabo en el área de branding. Marcas como Ikea, Nike, Apple, Starbucks, Zara, Calvin Klein… marcan nuestro estilo de vida más allá de la utilidad de los propios productos que venden.

Estas marcas hace tiempo que adquirieron el estatus de Lifestyle Brand, ya que alcanzan una dimensión emocional que no todas poseen, llegando incluso a generar un sentimiento de pertenencia al grupo entre sus clientes, o acompañándoles en su día a día.

Algunas incluso logran pasar de ser marcas para un nicho específico, a ser marcas más generales gracias al hecho de alcanzar este estatus. Algunos ejemplos de ello son: Quicksilver, que originalmente se centraba en surfistas y que ahora vende un estilo de vida playero e idílico a gente que ni siquiera practica dicho deporte. O Puma, que pasó de hacer botas de fútbol a vender un estilo de vida deportista a gente que no practica deporte alguno.

Pero ser una Lifestyle Brand conlleva sus pros y sus contras. La parte positiva ya la hemos comentado, mientras que en la negativa están problemas como:

  • Las marcas que ofrecen un estilo de vida atraen la necesidad de los consumidores de expresarse. Pero cuando dichas necesidades cambian debido a cambios en el estilo de vida del consumidor, la importancia de algunas de estas marcas acaba perdiéndose.
  • A diferencia de la competencia, estas marcas no suelen limitarse a una sola categoría de productos, sino que tiene que vérselas con sus competidores directos y con otros competidores de categorías distintas.

De modo que si quieres convertir tu marca en una Lifestyle Brand, tienes que tener claros estos 5 puntos antes de ponerte a ello:

1. Define a tu público, pero defínelo bien

Si quieres crear moda tienes que conocer muy bien a tus consumidores, saber sus gustos, sus preferencias, sus normas sociales… Hoy en día gracias a las redes sociales y a Google, esto es más fácil de averiguar. Una pequeña investigación social y al momento podrás enterarte de qué hablan, qué publican, qué música les gusta, dónde compran… y estar al tanto de muchos detalles de su vida diaria.

2. Conócete bien a ti mismo

El siguiente paso es ponerte en la piel de tus clientes: piensa y actúa como ellos. Si no conoces bien lo que vendes difícilmente podrás crear moda. Averigua qué aspectos de tu producto pueden hacer que conecten con tu marca, cómo puedes convertirla en uno más de ellos, cómo puede formar parte de sus vidas, qué valor añadido puedes ofrecerles, qué tiene tu marca que no ofrezca la competencia… Piensa por un momento: lo único que diferencia a un buen café de un café de Starbucks es el Lifestyle branding que rodea ese momento.

3. Make real your universe

Just Do It, una manzana mordida, la chispa de la vida, tener que montar tus propios muebles… ¿A qué te suena todo esto? Seguro que puedes asociar cada cosa a una Lifestyle Brand. Pues ahora llega el momento de que te pongas manos a la obra y definas cómo va a ser el universo de tu marca: qué lenguaje empleará, cuáles serán sus códigos de comunicación, en qué ámbitos se moverá, un eslogan con gancho… Crea al modelo tipo de tu marca y úsalo en tu comunicación para que se sientan identificados. En definitiva, genera ese mundo al que deseen pertenecer los seguidores de tu marca.

4. Tribaliza y lidéralos

En internet hay influencers de todo tipo y en todos los grupos sociales existentes. Tu trabajo va a ser identificarlos y convertirlos en aliados. ¿Por qué? Porque sus opiniones valen oro para tus seguidores, y todo aquello que digan o recomienden ellos lo harán o comprarán. Todos quieren imitarles, les admiran, así que si los conviertes en embajadores de tu marca, ¿imaginas cuánto puedes crecer gracias a ellos?

5. Conviértete en Storyteller

Ya has dado tus primeros pasos, ahora tienes que conseguir que te sigan sin dudarlo un segundo, tienes que ser como Jesús. Cuéntales historias que les lleguen al corazón, que generen vínculos emocionales entre ellos y tu marca. Adapta tus campañas a las distintas redes sociales en las que se mueven, adaptando el mensaje a cada una. Ser un storyteller no es fácil, pero si lo haces bien genera muy buenos resultados, y es la mejor forma de presentar tus productos sin “vendérselos”. Si hablas su lenguaje te entenderán.

Y dicho esto, te toca mover ficha. ¿A qué esperas para convertir tu marca en una Lifestyle Brand? 😉

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